Ruta Montequinto - Sanlúcar de Barrameda (100,17 km)
Creo que podemos resumir esta ruta en una sola palabra, hazaña.
Teniendo en cuenta que la mayoría de los asistentes montamos en bicicleta una vez a la semana, incluso cada dos, ha sido un logro para todos realizar esta travesía y a su vez nos da alas para intentar alguna otra más atrevida.
Nos citamos para salir desde el bar La Jarra a las 7:30 y con puntualidad británica pusimos pies en los pedales (Rafa, Carlos Solís, Nacho, Antonio, Pepe Marín, Ibrahim (Lolo para los amigos), Paco, Juan, Manu, Isidoro, Julio y un servidor) rumbo a la localidad mundialmente conocida como cuna de la manzanilla, así como la de unos animales bigotudos y rallados muy extraños, Sanlúcar de Barrameda. Ojo, no escogimos dicho destino por estos motivos, ha sido pura casualidad.
Cogiendo en principio por el margen derecho del Guadaira y posteriormente por el izquierdo, tomamos camino, a un ritmo extraordinario, hasta su desembocadura en el Guadalquivir. Ya en el cambio de margen, se nos presentó la primera avería. Solís tuvo problemas con su buje y tras ser ayudado por Paco, que con sus útiles y manos especializadas, como si de un cirujano se tratara, bañó de lubricante la zona dañada y finalmente nuestro compañero pudo continuar la marcha sin mayores dificultades, no obstante este incidente nos obligó a tener que apretar un poco el ritmo para contrarrestar el tiempo perdido.
El viento, que nos soplaba de espaldas, nos ofreció su ayuda salvo cuando, por motivos del camino, cambiábamos de dirección, este nos daba de cara y se nos hacía más dificultoso el avance. Dadas las inclemencias, y como cada uno íbamos por libre, Paco nos obligó a agruparnos para que, como pelotón, el aire no fuese haciendo mellas en nosotros, ayudándonos a hacerle frente.
El camino tan recto se nos empezaba a hacer algo monótono, pero como la fauna por ahí es abundante, fuimos contemplando diversas especies de aves, tales como buitres leonados en la finca de Isidoro ( o al menos eso nos dijo él ), patos, garzas, flamencos, cernícalos etc. Con el entretenimiento de dichos avistamientos y los comentarios propios de ellos, fuimos haciendo kilómetros hasta llegar al 51, dónde realizamos la primera parada técnica. Se trataba de una venta en el medio de la nada, regentada por una señora nonagenaria ayudada, al parecer, por sus nietas. En este primer kit-kat aprovechamos para tomar, algunos una cervecita, otros bebidas isotónicas, otros rellenar la bombona de agua, y otros, cuyos nombres omitiré, se ocultaron para meterse entre pecho y espalda un cigarrito, no sin ser reprendidos posteriormente por el director deportivo (Paco, ya sé que no eres consciente de dicho título, pero, y creo que hablo en el nombre de todos, ya lo tienes). No obstante, presumo que les entró por un oído y les salió por el otro.
Tras volver a poner las posaderas en nuestras monturas, teníamos unos 5 kms hasta llegar a la finca La Señuela (Lebrija), punto dónde, según lo acordado con el chofer del bus, recogería a todo aquel que fuese al límite de sus fuerzas y no pudiese llegar pedaleando a nuestro destino. Pero como somos un equipo ganador, por unanimidad, decidimos informar al conductor que continuara el trayecto sin realizar la parada de socorro.
Como algunos se pararon un instante para realizar la llamada telefónica, otros continuamos unos metros por delante, cuando retomaron la marcha se vieron sorprendidos por otro avistamiento animal sorprendente, según después nos comentaron, un zorro o zorra, no supieron identificar certeramente su sexo, se les atravesó en el camino con el correspondiente asombro de los que iban en ese grupo rezagado.
Al salir de la referenciada finca lebrijana tomamos una recta infinita, flanqueada en ambos lados por un inmenso eucaliptal, donde el jefe de las bicicletas tomo la cabeza del pelotón y comenzó a tirar como alma que lleva el diablo. Alcanzando los 25 km/h durante un buen rato, salimos rápidamente de dicho tramo y nos adentramos en las marismas de la desembocadura del Guadalquivir.
Ya dentro de este paraje y con casi 70 kms en las piernas, el aire empezó a cambiar y en lugar de llevarlo de aliado, como en los tramos anteriores, lo tuvimos, hasta la segunda parada técnica, soplando de lateral. Aunque esto no fue muy agresivo, sí nos obligó a hacer un sobresfuerzo. Fue también en este tramo donde sufrimos las otras incidencias técnicas, ya que tanto Lolo como Paco sufrieron sendos pinchazos, que en el caso del primero lo reparó en la carretera y el segundo en la venta donde hicimos el segundo y último kit-kat.
Una vez solucionado el tema técnico y realizado el correspondiente avituallamiento, nos adentramos en el paraje natural de Los Pinares de La Algaida, ya en el término municipal de Sanlúcar. En dicho parque optamos por abandonar el camino principal y tomar el carril bici, ya que el primero tenía más bollos que una torta de aceite y, sinceramente, algunos traseros no estaban en disposición de recibir más maltrato.
Ya olíamos el salitre y las frituras, Sanlúcar de Barrameda se nos abría a nuestro paso y cada vez veíamos más cerca el objetivo.
Finalmente a las 13:30 hicimos entrada triunfal en Bajo Guía y al bajarnos de las bicis, justo a las puertas de la taberna Bigote, todos estrechamos nuestras manos como signo de satisfacción y de objetivo alcanzado. Nuestra recompensa, primero lo logrado y segundo unas cervezas bien frías y manzanilla de tan extraordinaria localidad.
Tras disfrutar de los refrescantes brebajes y realizar las correspondientes fotos, fuimos en busca del autobús donde guardamos nuestras compañeras de viajes y recogimos los respectivos equipajes, dirigiéndonos posteriormente a tomar una agradable y necesaria ducha. Esta fue reparadora, las instalaciones del polideportivo municipal eran magníficas, agua caliente en abundancia y equipamiento en duchas del que posiblemente sea el mejor fabricante del mundo y cuyo nombre evitaré por aquello de no realizar propaganda gratuita. Bromas aparte, debemos dar las gracias al Exmo. Ayto. de Sanlúcar por cedernos sus instalaciones así como a la organización realizada por nuestro compañero Carlos Solís.
Ahora sí, tras los acicalamientos oportunos nos fuimos en busca de nuestra recompensa, una vez más agradecer a Carlos la sugerencia del Colorao como lugar para la degustación de todos los manjares que Sanlúcar nos podía ofrecer.
Salpicón de marisco, aquellos animales extraños que comentaba al inicio de esta crónica y al parecer es resultado de un cruce entre una gamba gigante y un gran felino, de ahí su aspecto de gamba rallada. Estas últimas nos supieron a poco. Continuamos con unas tortillitas de camarones, arroz caldoso y terminamos con una fritura de pescado variado. Ya de postre y no pudiendo, el establecimiento, satisfacer el antojo de Antonio de tomar unas torrijas nos ofrecieron un suntuoso postre a base de tocinillo de cielo, helado de turrón y nata montada.
Una vez dada buena cuenta de todo lo ofrecido en el Colorao, nos dirigimos hacia la plaza del Cabildo, lugar céntrico de esta localidad y donde la gente aparecía hasta debajo de las piedras. Allí conseguimos unas mesitas en una cafetería y nos tomamos un café. El dueño de tan grato establecimiento casi no obligó a tomar una copa, y por aquello de no ser desagradecidos, sumando el no tener que conducir para volver a casa, accedimos.
A las 19:00 horas, tal como habíamos quedado con nuestro chofer, subimos al autobús y nos dirigimos rumbo a casa. Dicho trayecto fue inmejorable, cada uno dio su opinión de todo lo acontecido en la jornada y nos reímos recordando cada anécdota. Finalmente hicimos entrada en Montequinto a las 20:30.
Sin ánimo de extenderme más, casi catorce horas de convivencia dan para mucho, quiero agradecer a los peques que nos hayan permitido hacer esta ruta sin poner malas caras ni ningún mal gesto cuando les comentamos que haríamos esta ruta sin ellos, a nuestras esposas por darnos su apoyo incondicional y, por qué no decirlo, su permiso. Igualmente quiero hacer mención a todos los que, por algún motivo u otro, no han podido o querido venir, que los echamos de menos en esta jornada y con el deseo de contar con ellos en la próxima.
Como siempre, agradeceros a todos vuestro compromiso y os insto a compartir una nueva ruta la próxima semana.
Enlace de las fotos: Pincha aquí
By: D. Jose